Un escalofrío... tan sólo con pensar.
En el pensamiento, una imaginación como pocas.
El besar, de tu boca.
El tocar, de tu piel.
El mirar, de tus ojos.
El sentir, de ti.
Dónde empezar y no querer acabar.
Te he tenido, de alguna forma, te he sentido de algún modo más intenso; te dejé ir, volviste y no quise.
Ahora quiero. Sé que puedo, aunque no debo.
Siento que al sentir, te siento y si te lo expreso, quieres sentir conmigo, pero...
Que será del enganche mutuo sin ir más lejos, cuándo el uno quiera propasar la barrera inmensa que un día inventamos, para dar rienda suelta a locuras y por miedo al error, no quieras, no quiera yo.
Qué hacemos, si de pronto un día, te pienso demasiado, te busco y... te encuentro ??
A la solitud me sometí, pero no puedo más conmigo sin ti.
Ahora quiero, quiero que quieras y quiero querer contigo, a ti.
Quiero, el besar de tu boca; el tocar de tu piel; el mirar de tus ojos; sentir-te.
Dejar de imaginar.
Empezar, sin acabar, hasta que el fin, llegue a su fin y un poco más allá.
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